Harper conduce al Málaga a una nueva victoria (0-1)

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Tan acostumbrados estábamos a perder que no podemos creer que el Málaga esté ganando partidos. La temporada pasada fue insufrible, y lo que llevamos de la presente un auténtico bálsamo para la afición. Ver al equipo recuperar balones en el centro del campo y organizar contraataques era algo que no se veía desde la segunda vuelta de hace dos temporadas.

Con tres jornadas disputadas podemos afirmar que el Málaga lleva camino de convertirse en uno de los equipos más serios de la categoría y posible candidato al ascenso. El mérito, del cuerpo técnico actual. Tanto Muñiz como Caminero han sabido confeccionar una aceptable plantilla. Han puesto en valor lo poco que se podía salvar del año anterior, los nuevos fichajes, y la indudable aportación de la cantera malaguista.  

Si Blanco Leschuk rinde a buen nivel como delantero, y hasta el momento hemos de decir que lo está consiguiendo, el mérito será de quien consideró que en Segunda División podía ser un futbolista a tener en cuenta. Sin duda era una apuesta de riesgo porque la temporada pasada materializó un gol en quince partidos; pero en los dos partidos que ha disputado ya ha materializado uno, además del que hoy no ha subido al marcador porque el colegiado ha apreciado una falta inexistente dentro del área almeriense, en una jugada con balón dividido donde se ha impuesto su mayor corpulencia.

Lo mismo cabría decir de otros fichajes que esta temporada se han llevado a cabo, caso de Boulahroud, Renato Santos o Haksabanovic. Habrá que estar atentos al rendimiento de los mismos. 

Pero lo que de verdad hay que poner en valor es la inagotable cantera malaguista. Una cantera deficientemente aprovechada en el plano deportivo, pero bien aprovechada por el propietario en el terreno económico. Si el aprovechamiento deportivo de la misma fuese el idóneo, el equipo no habría descendido de categoría. Que el Málaga pueda disponer esta temporada de cuatro futbolistas del nivel de Harper, Hicham, Mula o Ontiveros es un auténtico lujo de una de las canteras más importantes de España. La Academia malaguista debe estar situada entre las cinco mejores del país. La jugada del tanto de la victoria que hoy ha protagonizado Harper es de auténtico crack, pero no seremos nosotros quienes encumbremos a los jóvenes canteranos. Les queda mucho por aprender y no le hacemos ningún bien con tanta alabanza. Sucedió con Juanpi, cuya proyección era indudable, y de momento, se ha quedado en nada.

Sobre el partido de hoy hemos podido comprobar la superioridad técnica y táctica del equipo malaguista durante los 90 minutos, pero esa superioridad, todavía, no se traduce en goles. El Málaga, ni puede ni debe sufrir tanto para ganar un partido. Y aunque el equipo debe mejorar conforme avancen las jornadas, no podemos aceptar el discurso de que en Segunda todos los partidos son así ni que todos los vamos a ganar de la misma forma. El partido se ha podido empatar en el minuto 93. El Málaga ha de plasmar su superioridad, también, en los segundos tiempos. No digo que se tenga que volcar a tumba abierta contra la portería contraria, pero tampoco ceder el balón al adversario durante 35 minutos. Esta noche nos ha venido a la memoria el peor defecto que se le achacaba a Muñiz hace años, su conformismo y conservadurismo en los segundos tiempos. El hecho de sustituir a un delantero y no situar a otro en su lugar ya es una señal de por dónde van a ir los tiros: aguantar el tanto de la victoria a toda costa. Los cambios de Hicham y Mula se han antojado  tardíos. Salen con ganas de agradar, y como disponen de poco tiempo, pecan de individualistas.

En los tres partidos que llevamos disputados parece confirmarse el acierto en la contratación del portero Munir. Seguro por alto y con buenos reflejos. En la última jugada del partido ha resultado providencial. La línea defensiva del equipo se ha mostrado contundente. Se confirma que hay futbolistas que se desenvuelven mejor en Segunda que en Primera, como es el caso de Luis Hernández y Cifu.

Adrián ha cumplido en funciones defensivas, y por su experiencia, lo valoran todos los entrenadores, pero cabe esperar más de este futbolista.

Detalles de indudable calidad hemos podido apreciar en Dani Pacheco. Tanto él como NDiaye aportan la calidad de Primera que un equipo que pretende ascender necesita.

Y para el final hemos de destacar a la afición malaguista. Ha vuelto a demostrar  su grandeza, esta noche en Almería. Siempre ha demostrado que la categoría de plata le queda pequeña. Merece tener un equipo en la élite, entre los diez primeros de la categoría, por importancia de esta ciudad. Sólo será posible cuando quien ostente la propiedad del club sepa aprovechar la cantera desde el punto de vista deportivo, y no solo económico. Si sólo se concibe la misma como una empresa para traspasar futbolistas, no habrá más aspiraciones que ascender a Primera o no descender de Primera. Lo hemos comprobado en los últimos años. 

Tres de tres. A ver si somos capaces de revalidar los siete de siete de la última temporada que ascendimos a Primera. Muñiz fue el artífice. 

 

 

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