Una acción pionera coordinada por el puerto y el aeropuerto de Málaga, y desarrollada ayer de forma exitosa, abre a la capital una nueva dimensión en el sector de cruceros, en el que mejoran notablemente sus expectativas como base internacional de grandes barcos de pasajeros. La prueba de fuego, de la que dependen nuevas escalas con este formato el próximo año y que permitirá diferenciarse respecto de sus competidores, superó incluso sus propias previsiones, según aseguró el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata.
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