Florencia es una teoría de cornisas. A pesar de los siglos Signoria podados torres para convertirlos en gargantas, las calles siguen apareciendo decididamente angosta por gravitacionales palacios de energía que enfrentan las paredes de roca viva a pocos metros el uno del otro y, en una antigua ordenanza prohibió ampliar en los balcones, que hicieron las cosas bien viseras tocar una voluminosa e imponente, con la vida. Por lo tanto, el orden ortogonal de la ciudad romana en la planta baja que sobrevive superpone casi intactas, negarlo, el discurso dividido en líneas paralelas que no todo se reduce y cortadas en forma irregular de la franja de cielo entre las fachadas.
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