Por fuera parecía una nave industrial más del polígono El Viso, en Málaga, aparentemente vacía. Pero dentro ocultaba una fábrica clandestina de tabaco en la que la actividad no cesaba, además de una vivienda ilegal donde residían los trabajadores. El interior de este inmueble era, de hecho, lo único que conocían los operarios llegados desde Bulgaria, Letonia y Ucrania, que vivían en condiciones cercanas a la esclavitud, a las que les sometía la red criminal que dirigía el taller, según la Policía Nacional, que ha anunciado este jueves su desmantelamiento.
Los investigadores han detallado que han detenido a 10 personas, a las que atribuyen delitos de pertenencia a organización criminal, contrabando, contra la salud pública y contra la propiedad industrial. Según sus pesquisas, los arrestados llegaban a trasladar a las víctimas con la cara tapada hasta la fábrica, donde les sometían a largas jornadas de trabajo por apenas 400 euros al mes. Su capataz solo les sacaba de vez en cuando para llevarlos a prostíbulos de la zona, también a ciegas.
Todo comenzaba con una falsa oferta de trabajo a través de internet, que impulsaba a los trabajadores a viajar hasta España. Hasta la nave industrial llegaron en camión, de madrugada y a ciegas. El responsable de la cuadrilla les colocaba gafas cubiertas con cinta americana para que no pudieran ver hasta el lugar donde eran trasladados. Luego les requisaban sus teléfonos móviles y les obligaban a realizar largas jornadas de trabajo en la fábrica ilegal de tabaco. Para descansar no tenían más que subir las escaleras a la vivienda improvisada que se había levantado en la parte alta de la nave. La instalación contaba con videovigilancia y no podían salir sin permiso. “Estaban prácticamente esclavizados”, cuenta uno de los agentes que ha participado en la operación, denominada Búnker.
La actuación policial ha sido exprés. Hace apenas unos meses que llegó una primera información al Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena de la Policía Nacional sobre un lugar en el polígono El Viso donde se fabricaba, posiblemente, tabaco de manera ilícita. Fue rápido corroborarlo. Aunque el inmueble no tenía ni rótulo en su fachada, el ruido de maquinaria industrial que llegaba al exterior daba a entender que se producía una intensa actividad dentro. Hasta su puerta, además, llegaban grandes camiones para cargar y descargar mercancía. Los agentes averiguaron finalmente que el taller se había comenzado a construir en abril, aunque había empezado su labor hace pocas semanas debido al tiempo necesario para transportar e instalar el sistema de producción y las habitaciones para las cuadrillas.
Cuando el pasado 7 de noviembre los agentes policiales entraron en la nave, se encontraron con nueve trabajadores en plena faena. Además, había una décima persona, de nacionalidad búlgara, que ejercía de capataz del grupo, que se encargaba de los pagos, la comida, el transporte o el poco ocio de la plantilla, por lo que también se le ha atribuido un delito contra el derecho de los trabajadores. En cajas y por el suelo había unas 16 toneladas de tabaco picado que traían desde Bulgaria. También, 6.421 cajetillas de cigarrillos; 15 cajas de cigarrillos defectuosos; 15 cajas de cartonaje de diferentes marcas con información en distintos idiomas, según el país de destino; 14 palés de filtros de acetato y otros dos de bobina de papel, entre otros efectos.
En habitaciones, divididas por paneles, se encontraban las diversas máquinas —también de origen búlgaro— con las que se transformaba el tabaco picado en cigarrillos. Luego eran etiquetados, ilegalmente, en cajetillas de marcas conocidas como Winston o Marlboro, para más tarde ser introducidos en cartones. La mercancía era posteriormente trasladada a un punto intermedio, para después enviarla por carretera a Reino Unido. Por cada camión que salía de las instalaciones, la organización criminal obtenía 1,5 millones de euros de beneficio.
El caso está en manos del Juzgado de Instrucción 10 de Málaga y la investigación sigue abierta con la colaboración de Vigilancia Aduanera, ya que se cree que esta fábrica clandestina es solo una pequeña parte de una red más amplia de instalaciones similares gestionadas por una misma organización criminal asentada en la Costa del Sol. Esta área, junto a otros lugares de Andalucía como Sevilla, es una de las zonas donde más operaciones policiales se llevan a cabo a lo largo del año contra el tabaco ilegal. En la localidad de Monda (Málaga), por ejemplo, se desmanteló hace dos años la primera fábrica bajo tierra de Europa.
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