De vueltas por el patio – Viva Málaga

El frío anuncia invierno, llega tarde tras un verano eterno. La manga corta se fusiona con la bufanda y la lluvia salpica a ratos para dar entrada a diciembre
Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza
Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza
El frío anuncia invierno, llega tarde tras un verano eterno. La manga corta se fusiona con la bufanda y la lluvia salpica a ratos para dar entrada a diciembre, el mes donde la Navidad lo eleva todo a la órbita de lo mágico, del gasto y consumo medido, esta vez, por los elevados precios, del abuso en la mesa, de las comidas y fiestas y zambombas antes de que en su ocaso despida año, uno más. Cuando niños surcaban lentos, ahora, vencidos por las décadas, son como suspiros, como pompas de jabón nacidas del soplo entre aros de juguetes, como rayas en el mar que duran segundos antes de que la corriente las disuelva. Pasaron de moda los balances del año, para qué mirar atrás, la memoria tiende al olvido, la pandemia se desvaneció cual imagen en el retrovisor que en nada desaparece y miramos hacia adelante porque la vida es presente y todo tiene menos importancia de la que le damos y el tiempo, oh el tiempo y su tic tac, juzga inexorable y recoloca exacto. El tiempo pone todo en su sitio. O casi.
2023 traerá, en mayo, elecciones municipales, serán los cabildos los que embrujen al elector reclamándoles voto para conformar gobiernos, diputaciones, mancomunidades y, de ellos, el entramado institucional para el buen funcionamiento de este nuestro denso sistema. En Navidad la campaña política consistirá en visitar, dejarse ver, relacionarse, hablar con el pueblo de manera amable, diáfana, caer bien para, una vez atravesado el ciclo de luces y villancicos, entrar directamente en la cuestión de la venta de gestión o, enfrente, en la crítica de la misma.
En Cádiz capital se confirmó lo que desde hace mucho se apuntó en estos floridos líneos y ni Kichi seguirá de alcalde ni Teresa Rodríguez lo hará de parlamentaria, siendo David de la Cruz -a dúo con Lola Cazalilla- el que tome el relevo en una pugna que ha pasado a llamarse de segundos espadas, con Óscar Torres por el PSOE, Cossi -posiblemente- en el PP con el rescoldo de Bruno García, que apunta a Diputación si al PP le sale la suma, y casi descartada la opción de Teo porque ella, básicamente, no quiere; con Vox desdibujado, este panorama arroja un probable gobierno entre Adelante y PSOE, salvo que Beiro pite y AxSí arrastre el voto del perdido entre rimas y tanguillos. Eso sí, Kichi se implicará tanto en la campaña para aupar a De la Cruz que muchos votantes dudarán que sea él el candidato. No hay muchas opciones de mayorías en la provincia de Cádiz, una es San Fernando, donde Patricia Cavada maneja la aritmética con un PP desdibujado y poco más enfrente, salvo su propio partido tras la decepción sufrida por los incumplimientos de acuerdos que en su día llegó su agrupación con el actual secretario general, JC Ruix Boix -que, como otros, no tiene al día la actualización de su declaración de bienes-; Loaiza alcanzó dorado retiro en un sitio llamado Instituto Andaluz de Administración Pública, donde seguro tiene alguna función y es, sobre todo, un hombre feliz.  Rota es otro lugar donde la mayoría puede asomar porque el perfil de Ruiz Arana es el que está de moda, afable, cercano, moderado, el hijo del que toda madre presume y, salvo el PP con Auxi Izquierdo, nada le incomoda, como en Sanlúcar: el único problema de Víctor Mora será su relación con IU y Carmen Álvarez, que irradia humo a partes iguales hacia derecha e izquierda y hacia todo lo que se mueve. Termina un año capital sanluqueño donde las cosas, en general, se han hecho bien y Mora deberá decidir si en un futuro persigue cuotas mayores en la provincia tras el hueco que deja una Irene García que también es feliz, como Pepe, la vida parlamentaria y una agenda suave tras años de taconeo por los rincones de Cádiz la han devuelto sosiego al cutis.
El Puerto es como la hora libre en el patio de la cárcel donde las bandas se agrupan a la espera de la gresca, tensas y dispuestas. Germán Beardo vigila y echa pulsos: a De la Encina, candidato PSOE y que viene a ser el novato al todos dan collejas y, despistado, no sabe dónde posarse, a Vox, con quien mantiene una íntima enemistad dada su falta absoluta de sintonía con Leo Benavente, a un grupo centenario impreso en tinta que le acecha fiero y, también, a su partido, que le ha ticado como sospechoso por tiempo indefinido haciendo bueno aquello del al suelo que vienen los nuestros. Pese a todo, hace cuentas de a cuánto tiene la absoluta para, después, regalar galletas con sonrisas. Y una puede ser los dos diputados necesarios suyos para otras sumas.
Chefy no debe tener problemas en Chiclana, de hecho no solo no ha reducido cuota electoral sino que, como su siempre admirado Pedro Sánchez, ha parado la caída y crece y con IU y Podemos sumará, mientras que Pepe Ortiz, frustrada su aventura nacional con el casadismo, retorna a los cuarteles de invierno que siempre fueron para él los altos de Vejer, desde donde oteará el futuro en espera de tiempos mejores. Desde allí contempla Barbate, tierra de atunes y otros animales marinos; Miguel Molina mide si su antes amigo y hoy fiel enemigo Javier Rodríguez, Javito por allí, se decanta por encabezar la lista de PSOE una vez que le abrieron hueco en la Mancomunidad o si se lo piensa y no va para evitar, como en El Puerto, gresca en este patio -el PP le ha descartado, pese a los intentos de Ortiz-; Molina no conservará los 17 de hace cuatro años, pero ganará con holgura y suspira con ese diputado que sea importante para la casa rosa.
La otra mayoría posible del PP se cuece en Algeciras. JI Landaluce, salvo sorpresa tipo ex juez Gutiérrez Limón encabezando un independiente tipo Algeciras 100×100, lo tiene trillado y poca cosa le hace sombra, como a JC Ruiz Boix, que en San Roque tiene una de las agrupaciones más nutridas de la provincia, ha sabido valorizar su figura, y si mantiene Diputación, secretaria general y alcaldía va a tener que dejar de leer el Marca, su, paralelo a la política, otro gran placer diario. La Línea no admite tregua y Juan Franco crecerá sobre los 21 logrados en las últimas municipales y son 25, a este paso va camino de guinness en lo que pasaría a denominarse no mayoría absoluta sino, más bien, corporación absoluta, sin necesidad de plenos, ¿para qué?
La sierra lo conforman un grupo de municipios, desde Ubrique con Isabel Gómez, bastante consolidada en su puesto; Arcos, donde Gambín repite pese a que repitió hasta la saciedad que se iba y Ana Carrera andaba por allí atenta al hueco o Villamartín, con un Juan Luis Morales tan hecho al terruño serrano que seguirá en mayoría.
Jerez, le encanta, verá resurgir el retorno del bipartidismo, como en tantos otros sitios, por el destrozo que a sí misma se hace la izquierda y por el hecho de que las municipales no son elecciones aptas para Vox, que ni cree en los cabildos ni en las regiones y que encuentra muchas dificultades para formar listas y encabezarlas con gente medianamente presentable. El PP con Pelayo ha crecido este último año, pero, pese a que las distancias no son grandes, anda por detrás del PSOE de Mamen Sánchez, pese a que fomente otra idea con sondeos que, en algún caso, ni en primero de estadística se admitirían a debate. Y menos uno que le otorgaría hasta cuatro ediles a un Pedro Pacheco que sueña con el indulto, presentarse con AxSí y ser necesario para el PSOE en su idea ideal de volver por calle Consistorio, sobre los arcos de Urbanismo quizás. Habrá que ver como la izquierda se organiza, con Ganemos, Adelante e IU, si se fusionan o van sueltos y hacia dónde van sus votos, de eso dependerá en parte el futuro del PSOE y su posibilidad de renovar gobierno, tanto como para el PP el hecho de que Vox le de el resto que le falta para la suma final.
Puente de diciembre, pestiños y zambombas. Relacionarse, comer, disfrutar de los amigos, buenos tragos para celebrar que hemos atravesado el año, algunos se quedaron en este tramo y por ellos brindaremos con espumosos caros. Y cuando llegue enero y el almanaque nos indique lo cerca que está mayo, la tensión en todos los patios emergerá a sabiendas de que se acerca la hora del asalto final.
Bomarzo

 
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