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Huelga de transportistas el pasado marzo en Málaga EFE
Los transportistas vuelven a la huelga. Así lo anunció la Plataforma en Defensa del Transporte, la agrupación de autónomos y pequeñas empresas de transportistas de ámbito nacional. Se trata del segundo parón que convoca este sector, el primero fue en marzo y duró 20 días.
La huelga, que comenzará de manera indefinida el próximo domingo, se celebra debido al «incumplimiento del decreto aprobado en agosto». Una ley que prohíbe trabajar a pérdidas en el sector, es decir que los transportistas no trabajen por debajo del precio de coste y no se vean obligados a descargar los camiones que conducen.
Una huelga a la que se suman los transportistas malagueños, y que nada tendrá que ver con el de marzo.
Si ya el primer parón llevó al límite a la cadena alimentaria, ahora los pequeños ganaderos, agricultores y supermercados temen que la situación sea similar a la vivida meses atrás.
El contexto actual es muy distinto al de hace unos meses, ya que se acerca la Navidad y los precios de los productos se han duplicado en los últimos meses por culpa de la inflación.
En marzo, la inflación comenzó a notarse en los supermercados y comercios. La ternera subió 2,00 euros, los pimientos y tomates o el pescado casi 3.00 euros más. En esas fechas, Francisco Mocoso, secretario de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Málaga (UPA), afirmaba a este periódico que los precios eran desiguales entre ganaderos y supermercados: «La carne de cerdo nos la pagan a 1,18€ y en el supermercado está a 6 euros», contaba.
Pero, los alimentos se han encarecido en Málaga un 16,8% en el último año. Por lo que si este parón se alarga, el sector de la alimentación seguiría alcanzando máximos históricos.
La huelga de los transportistas es un quebradero de cabeza más a la situación que ya soportan. Ya que este paro indefinido genera incertidumbre en el sector y sobre todo pérdidas económicas y de materia prima: «Apoyamos la huelga, pero pedimos servicios mínimos».
Durante la primera huelga, una de las imágenes más repetidas fueron la de los ganaderos obligados a tirar la leche que no recogían los transportistas. Pérdidas que se dan en una difícil situación, ya que solo los gastos han subido un 35% o 45% este año: «Esto nos va a afectar. El sector de la agricultura puede aguantar algo, pero en la ganadería la leche tiene que salir todos los días”, reclama Mocoso.
Además, denuncia que «tanto el vacuno como el caprino necesitan unos servicios mínimos, como el pienso».
De no vender la leche, estos pequeños ganaderos no cuentan con solvencia económica para poder hacerse con acopio de alimentos para sus animales: «Ya tenemos bastantes pérdidas”, reitera el secretario general de UPA.
En marzo las fábricas pararon y cundió el pánico del desabastecimiento entre la sociedad . Aunque algunas cadenas alimentarias garantizaron que no esto no ocurría, se podía observar cómo los stands de leche y huevos se encontraban completamente vacíos.
Por ello, algunos ya han comenzado a trabajar ante esta nueva amenaza: «Estamos realizando pedidos a los proveedores y reforzando los almacenes, pero algunos de los fabricantes no tienen suficientes mercancías almacenadas y otros no tienen suficientes camiones para hacerla llegar», denuncia Sergio Cuberos, presidente de Supermercados Maskom.
Y pide que «el Gobierno debe poner a las fuerzas de seguridad desde el minuto uno de la huelga para evitar los destrozos que hicieron a camioneros y camiones para evitar”.
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