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La empresa no era fácil, lo sabíamos, pero el Málaga CF ha caído esta noche ante el Real Madrid con la cabeza bien alta. Podemos sentirnos orgullosos de este equipo y del final de liga que ha protagonizado. Posiblemente se haya enfrentado al mejor Real Madrid de los últimos tiempos, y si no llega a ser por la portentosa actuación de Keylor Navas, el resultado hubiese sido otro. Hemos visto al Málaga jugar bien al fútbol, sin miedo, sin salir agazapado, con buen toque de balón en el centro del campo, de tú a tú ante el todopoderoso equipo de la capital de España. ¿Dónde ha estado la diferencia? Donde suele estar siempre que te enfrentas a un grande: en la pegada. Y en la desdichada pérdida de balón de Luis Hernández en el primer minuto de juego. En palabras de Míchel en rueda de prensa, la facilidad otorgada al Madrid en ese tempranero gol ha sido definitiva. Pero no carguemos las tintas sobre el bravo central malaguista. No hemos destacado lo suficiente la tranquilidad y serenidad que ha aportado al eje de la zaga desde que llegó en el mercado de invierno. Resaltamos en las últimas jornadas la evolución experimentada por Llorente, pero las prestaciones de Luis Hernández como central son extraordinarias.
En la jornada 38 del campeonato liguero no ha acompañado la suerte al Málaga CF. Hubiese estado tres días jugando al futbol y no hubiera hecho gol. Se presentan tardes aciagas de cara al marco contrario. Y hoy ha sido una de ellas.
El partido ha estado repleto de momentos memorables, como las despedidas de tres de los nuestros, de los que escriben nuestra historia con letras de oro: Weligton, Duda y Demichelis. No podemos negar que el club lo está haciendo últimamente muy bien en cuanto a estos detalles que suelen agradar a la afición. A sus emotivas despedidas en rueda de prensa se ha sumado el homenaje brindado por la afición antes, durante y después del partido.
Tampoco podemos olvidarnos de Isco Alarcón, que cuando ha sido sustituido ha recibido la ovación de malaguismo. “Isco es malaguista”, ha cantado la grada de animación, y el jugador del Arroyo de la Miel ha respondido llevando su mano al corazón. Málaga quiere a Isco, independientemente del equipo en el que milite. Hoy se ha comprobado sobre el terreno de juego el buen estado de forma en el que se encuentra, y no es casualidad que se haya convertido en el auténtico motor del centro del campo madridista. Pero una cosa está clara, La Rosaleda no se le da bien. Cuando encara la portería malaguista, se le nubla la vista. No es capaz de hacerle un gol al Málaga. Puede parecer broma, pero varias veces se ha enfrentado al Málaga desde que milita en el Madrid, y sus disparos siempre salen altos o desviados.
En la tarde-noche de hoy han vuelto a brillar especialmente Pablo Fornals y Recio. El primero gambetenado por todo el campo con una calidad indudable y el segundo como un pulmón incansable, que ya ofrece pases de 40 metros y se introduce en área contraria como perico por su casa. También ha destacado Sandro, que ha intentado reeditar el gol de falta directa que marcó en el Calderón. ¡Qué difícil es encontrar un delantero así! Con esa potencia de disparo y con esa movilidad sobre el terreno de juego.
Y qué decir de Camacho. Como el Málaga toque el tridente que forman Fornals, Recio y Camacho será como desmantelar la plantilla de nuevo. Como ya sucediera hace dos años. Un equipo que pretende crecer deportivamente no puede ni debe estar desmantelando la plantilla continuamente. Habría que pedirle al señor Al Thani que no permita que futbolistas importantes para el club salgan en este mercado veraniego. Que lo mismo que existen los límites salariales, existen las ampliaciones de capital. Que ya está bien de hacer un pan con unas tortas o de desvestir santos para volverlos a vestir. Que ha llegado el momento de aspirar a algo más que no sea permanecer en mitad de la tabla, y que las vueltas al ruedo se dan cuando se consigue algún éxito deportivo, como el año de la Champions, pero no cuando acabamos en mitad de la tabla, y ya son varios años repitiendo la misma historia. A ver si es posible que la próxima temporada el salto de calidad se haga evidente y podamos entrar en UEFA. Esta ciudad, esta afición y este magnífico estadio lo merecen. El equipo está ya lo suficiente consolidado en Primera como para aspirar a entrar entre los siete primeros de la liga. No le vamos a negar al jeque que sabe mantenernos en Primera, pero queremos algo más. Esta afición merece más.
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