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La ruedita de prensa que hoy ha protagonizado Françes Arnau para hablar como tema monográfico del traspaso de Pablo Fornals ha sido la primera consecuenca lógica del “Al Thani vete ya” de anoche en La Rosaleda. Y no sólo en La Rosaleda, al presidente del Málaga, a diario, lo tienen abreado en twitter preguntándole por los “dineros de los traspasos”. Es la ventaja del mundo posmoderno, que años atrás no sucedía, donde los presidentes hacían y deshacían sin que nadie les pidiera cuentas, y ahora se les pide desde veinte mil frentes. El red social preferida del presidente será su talón de Aquiles, porque todo lo que manifiesta en ella, se acaba volviendo en su contra y poniendo en un brete al resto de directivos del club.
Hoy ha salido al ruedo Arnau, posiblemente empujado por el apoderado Al Thani, y como buen torero ha dado los primeros capotazos de una corrida que continuará mañana con los varias tandas de muletazos. Ha contado Arnau que a Pablo Fornals lo sacó de Castellón, Manel Casanova –qepd, y al que ha rendido un justo tributo-, para traérselo al Málaga. Que se le puso ficha estándar de filial –y estoy pensando si no sería ese el momento apropiado para ponerle una claúsula de rescisión estandar lo suficientemente alta como para que los jóvenes valores perciban con claridad que el club que apuesta por ellos es el Málaga y que eso no sale gratis-.
También ha recordado que Javi Gracia fue el entrenador que lo llevó al primer equipo y que poco a poco se fue consagrando como lo buen futbolista que es. Hasta ahí todo perfecto, pero en la medida que Fornals iba cogiendo caché en el mercado según su valía, tanto él, como su representante, eran remisos a negociar cláusulas más altas de rescisión, y que en abril no fue posible la renovación porque no se ponían de acuerdo en la cuantía de la misma -lógicamente al Málaga le interesaba que fuese alta-; y se vislumbraba que el representante quería ganar tiempo con la intención de sacar al futbolista al mercado para ver qué sucedía, y así sucedió que llegado el mes de junio, Pablo Fornals estaba más fuera del Málaga que dentro, ya que la claúsula era viable para el Villarreal. Los once millones de euros ingresados por Pablo Fornals han permitido al club tener liquidez para afrontar los fichajes que se han llevado a cabo e incrementar el margen del salario liga. Básicamente en esto ha consistido la mini rueda de prensa que ha ofrecido el director deportivo del Málaga por espacio de seis minutos.
La pregunta que como aficionado me hago en este instante es la siguiente: ¿Por qué todos los representantes se ponen tan duros para negociar con el Málaga? ¿No será porque saben que el Málaga CF es un club de paso que se dedica a foguear futbolistas para otros clubes? A ningún representante le interesa que su representando, si se consagra como buen futbolista, permanezca mucho tiempo en un equipo que, ni le va a pagar según su valía, ni le va a ofrecer crecimiento deportivo alguno. Es como la negociación para traerse a Sandro. El Málaga es un chollo para los representantes. En las condiciones que el Málaga se trajo a Sandro, al año siguiente, estaba más fuera que dentro. Así sólo negocian los clubes que se dedican a mendigar en la liga y no pretenden invertir ni un euro en crecimiento deportivo.
Se podrán buscar justificaciones de todo tipo. Cualquier circunstancia que suceda en el club respecto a fichajes y traspasos serán justificadas, y muchos las creerán a pies juntillas. Los malos serán siempre los mismos: los futbolistas que se quieren ir para ganar más, los intermediarios, las condiciones del mercado, el salario liga, el fair play, la prensa crítica y el sursum corda. Pero la única realidad es que ningún club de la liga actúa como el Málaga a la hora de fichar y de traspasar. Todos intentan reforzarse para crecer, y el Málaga ir tirando para no descender; al mismo tiempo que llenar las arcas del club. Fichar mucho por poco dinero –10 futbolistas por 11 millones de euros-, cuando lo conveniente es fichar poco – tres o cuatro futbolistas- por algo más de esa cantidad. Como tampoco es de recibo tener que esperar a traspasar un futbolista para poder completar una plantilla. Un club con una estructura seria, con 10 años en Primera, no puede planificar una temporada en función de si vende o no a dos o tres futbolistas a finales de junio.
El Málaga este año lo tenía fácil si de verdad quería crecer deportivamente, y más fácil lo tuvo hace dos años, de no quedar desmantelada la plantilla de canteranos que tenía. Pero vayamos a esta temporada. Lo que se le ha hecho a Míchel no tiene nombre. El entrenador que obró el milagro de la permanencia en once partidos de liga no merece el trato recibido en cuanto a la configuración de plantilla que se ha hecho. Al Málaga sólo le bastaba mantener el bloque -incluso dando por hecho la posible marcha de Sandro por 6 millones de euros- y fichar a tres o cuatro futbolistas de nivel –dependiendo de la marcha del canario o no-, de los que ilusionan a la afición para no tener que presentar de tapadillo y entre escalones a algunos de los que han venido. Con Camacho y Fornals en la plantilla, más la petición de Javi García que hizo Míchel, y un par de delanteros –o uno de haber permanecido Sandro- y un central; la plantilla hubiese quedado cerrada, y con mayor garantía de éxito. Sigo pensando que el Málaga este año no va a descender. Que va a levantar el vuelo, que Míchel va a conseguir sacar lo máximo de lo que tiene; pero lo que no se puede hacer es darle cada año al equipo y a la afición el rejón de muerte que se le ha dado este verano. El palo anímico para los jugadores es grande, y es un aspecto que también se debe tener en cuenta.
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