La magia del 4-2

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Inasia

El final de temporada que está protagonizando el Málaga CF está compensando con creces la campaña tan irregular que ha llevado a cabo. La llegada de Míchel al vestuario ha resultado balsámica, con lo que parece quedar demostrado que uno de los problemas principales de este club en el presente campeonato ha sido no hallar al entrenador adecuado para esta plantilla. Nada debemos reprochar nada a Arnau en este sentido, ya que con la mejor intención confió el cargo a alguien que contaba en su haber con títulos europeos, precisamente conseguidos con el equipo que esta noche ha salido vapuleado de La Rosaleda: el Sevilla FC. Por las razones que fuese el entrenador manchego no consiguió empatizar con la plantilla, de ahí que tras la marcha irregular conjunto blanquiazul, en un gesto de caballerosidad, presentara su dimisión. Pero esta historia pertenece al pasado. Volvamos el presente.

El presente nos ha hecho disfrutar de un día inolvidable para el malaguismo. En este primero de mayo, San José Obrero, Día del Trabajo, dos conjuntos malaguistas, el primer equipo y el juvenil, se han trabajado dos enormes victorias ante grandes rivales, y por los mismos guarismos: 4-2. El equipo juvenil del Málaga, entrenado por Dely Valdés, se ha deshecho con contundencia del Barcelona y se ha asegurado el pase a la semifinal del Campeonato de España de juveniles; y el primer equipo entrenado por Míchel, ha pasado por encima del Sevilla en La Rosaleda, para mayor regocijo de los malaguistas. Sobre el partido ante el Sevilla y sobre la trayectoria del equipo en la presente temporada, nos podríamos hacer varias preguntas: ¿Qué tiene este Málaga que sin llevar la manija de los partidos en el centro del campo suele salir victorioso de muchos envites? ¿Qué tiene este equipo que ha sido capaz de llevar a cabo varias remontadas memorables en la presente campaña? ¿Qué tiene un equipo que, haciendo buen fútbol, ha sido capaz de vencer en la Rosaleda a Barcelona, Valencia y Sevilla? Porque después de tanto sufrimiento, algunas virtudes tendrá y que han permanecido ocultas durante todo el invierno, como un oso aletargado. Este Málaga se va pareciendo cada vez más al que nos dejó Javi Gracia. Un Málaga que derrochaba pundonor e ilusión en el campo, y eso tan solo te lo pueden proporcionar los jóvenes canteranos y aquellos que llevan tiempo en el club y su grado de compromiso les hace sudar como pocos la camiseta que visten.

¡Cuánta alegría nos proporciona ver a Recio y Camacho jugar de esa forma! como dos verdaderos colosos en el centro del campo. Ambos compenetran a la perfección y la capacidad de sacrificio que derrochan puede ser la envidia de cualquier club de España a nivel defensivo en el centro del campo.

¡Cuánta alegría nos proporciona observar el despegue de Llorente como central malaguista!. Se ha liberado de sus miedos e inseguridades. Está saliendo a relucir la calidad de un futbolista que ha llegado a jugar en los escalafones inferiores de la selección. Tras una primera vuelta lamentable, la confianza depositada por Míchel en él ha sido determinante.

¡Cuánta alegría nos produce comprobar que Málaga tiene una de las mejores canteras de España! Que en el primer equipo destaquen varios futbolistas formados en nuestra tierra, que en el Malagueño pueda haber tres o cuatro jóvenes capacitados para jugar en Primera, amén de Deco, cedido en el Baracaldo y que está llevando a cabo una extraordinaria campaña. Es aquí donde radica la fuerza de Málaga y que ha de aprovechar en los años venideros. Con una cantera de similares características, los equipos vascos han hecho maravillas desde siempre. Vamos a confiar de verdad en los chavales por primera vez en nuestra historia. No esquilmemos la cantera con políticas especulativas. Si no se ficha a lo grande, que tampoco se venda a lo pequeño. La mejor política de ahorro se basa en la cantera. Y si los chicos despuntan, buenas cláusulas de rescisión. Que los grandes se lo piensen dos veces antes de fichar, y si fichan, que paguen de verdad por lo que se llevan.

Y sobre el partido de esta noche cabe decir que el Málaga ha conseguido una justa victoria ante un buen equipo. El conjunto sevillista es un equipo más costeado que el Málaga -y se nota-, no exento de calidad ni de centímetros. He visto un equipo muy físico, quizás el que más de los que nos han visitado en La Rosaleda, pero que de poco le ha servido. La lucha titánica de los malaguistas y el acierto ante la portería contraria en las ocasiones que se han presentado ha sido determinante. El Málaga cierra ante el Sevilla un mes y medio para recordar en los anales del malaguismo. Del sufrimiento se ha pasado a la mayor de las euforias. Sigamos disfrutando del momento. La próxima liga acaba de comenzar. Eso cree Míchel, nosotros también.

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