Estimado Presidente

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Carta dirigida al Presidente Abdullah N Al Thani de un aficionado

Estimado Presidente

Desde el más profundo respeto y agradeciéndole de antemano su apoyo en estos años en los que llevamos viendo a nuestro querido club en la primera división, salvando los muebles algunas veces con suficiencia y otras casi en el último suspiro, pero paseando nuestros colores por los principales estadios del País y hace unos años en los de Europa, dejando el pabellón bien alto incluso cuando nos dejaron sin premio por culpa de esa turbiedad que existen en los bajos fondos donde no sabíamos cómo se movían los tiburones y pagamos la novatada. Incluso cuando nos castigaron con no volver al año próximo por culpa de temas económicos, los mismos que tenían –y siguen teniendo- algunos clubes de los llamados, supuestamente “¿grandes?”, esos mismos que NO nos apoyaron pero SÍ han apoyado a clubes e incluso jugadores que en esos temas –los económicos- dejan mucho que desear, incluso sorteando las salvajes aguas de la justicia. Cuando se han tenido que vender a aquellos jugadores que han ido asentando a nuestro equipo en primera y coqueteando con los puestos europeos. Cuando se ha tenido que recurrir a mover fichas del tablero dentro del organigrama administrativo, a veces acertadamente y otras todo lo opuesto, pero usted es el dueño del equipo y, se supone, que sabe lo que hace estando asesorado por personal del que se le supone altamente eficaz.

No voy a entrar en el juego de palabras cargadas de exabruptos, odio ni muchísimo menos insultantes, le hablo desde la experiencia de muchos años siguiendo a nuestros colores, ya no solo en La Rosaleda, sino en estadios donde hemos sido insultados, vejados o  incluso hasta apedreados. Le hablo desde la más absoluta serenidad, pero con tristeza y rabia contenida, no con usted ni con el club, porque mis colores son, supuestamente, lo suyos y de aquellos que le rodean, sino rabia contra quienes mueven el tablero a su conveniencia, moviendo las fichas incluso fuera de ese tablero -¿no es así Deulofeu?-, y no solo me refiero al partido del pasado sábado, sino a los 5 de los 9 que hemos jugado, en los que o no nos han señalado a favor lo que era un hecho cierto, sino que nos han señalado en contra lo que no era.

¿Y para que le cuento esto que ya es sabido? Por mi experiencia de años, décadas más bien, le pido, le ruego, le suplico si fuese necesario, y estoy convencido que en nombre propio y en el de miles de aficionados, que dé ese golpe en la mesa que el Málaga CF necesita. Que no lo haga a través de las redes sociales, que lo haga en persona, públicamente, en nombre de todos y cada uno de los socios, aficionados y seguidores, de aquellos que hemos ido apoyando hasta la muerte –en mi firma entenderá el porqué de esta afirmación-, unas camisetas, que más da que fueran azul oscuro, azul claro, celeste o incluso amarilla y blanca, un escudo que lo mismo da FC que CD, un equipo que desapreció y cual Ave Fénix renació de sus cenizas. Una afición que lloró de pena en los descensos y de alegría en los ascensos y no le digo nada en esa clasificación para Champions. Una afición que hemos soportado agua, nieve, calor y mil luchas contra los elementos cual Lepanto. Una afición que hemos hecho socios a nuestros hijos, nuestros nietos; una afición que, poco a poco, hemos ido cambiando los colores blancos, azulgrana, rojiblancos, por el blanquiazul de La Rosaleda. Una afición que, con lágrimas en los ojos, le suplicamos venga personalmente a ésta que ya es su ciudad, que le necesita, que le ruega no lo deje en manos de técnicos que, muy políticamente, saben bailar al son que le marquen las altas instancias futbolísticas. Que no venga solo a sentarse en el palco del Bernabéu. Que venga y se arremangue y luche, codo con codo, con la afición por el amor de nuestros colores. Que haga realidad ese sueño de hacer un club mejor, que como dijo varias veces “será mas pronto que tarde”, pues ya es la hora, es más, incluso se está haciendo tarde.

El sábado se rieron de todos nosotros, no solo de los jugadores y del equipo, sino de la afición. Si hubiese pasado al revés ¿Duda que sería portada en los diarios deportivos de medio mundo? ¿Duda que hubieran conseguido anular el gol? ¿Duda que el penalti NO señalado a Diagne porque “supuestamente” le dio en la cara, lo hubieran señalado? Pues permítame, siempre desde el respeto que le tengo, que estamos en la misma categoría del futbol español, y a nuestro club le deben respetar exactamente igual que al resto.

Y esto es lo que necesitamos, ese golpe en la mesa, pero en la mesa de la Liga o en la de la propia Federación. Un golpe que suene y que sea respetado. Y como dice esa frase “más vale una vez colorado, que ciento amarillo” y es la hora de que usted, personalmente, de ese golpe. De nada han valido los que se han venido dando por parte de quien ha ido en representación suya, fuera quien fuera. Usted es el dueño, máximo accionista y dueño del club, incluso viéndolo desde el punto de vista empresarial, “así no va a vender el burro” como diría un calé. Si no le da de comer, si lo va a dejar que se vaya muriendo poco a poco por dejadez, jamás llegaremos a ser más que un jumento propio de un quijote que, para muchos es lo que estamos representando.

Ya son muchísimos años viendo al Málaga como ya le dije, desde que se comenzara a hacer ese estadio, desde que veíamos los resultados de los demás equipos en el marcador simultaneo que Diana nos ponía tarde tras tarde en el estadio, desde que se podían comprar las almohadillas, se podía beber cerveza y algún “lingotazo” de Fundador, desde que La Cancela era una mina, desde que ir a Granada era peor que un Real Madrid-Barcelona y ahora da gusto ver como se han hermanado dos ciudades bellísimas. ¿No le gustaría ver al Málaga codearse con clubes como en aquella Champions? Pues esto solo tiene un camino, y el primer paso es ese golpe de respeto en las altas instancias deportivas de nuestro país.

Por favor Presidente, mi Presidente, desde el respeto, en mi nombre y en de los casi 25.000 socios, es el momento de la lucha y usted debe ser el abanderado de ella. Luche… luchemos, codo con codo, así se forja un equipo que en el futuro puede brillar con luz propia.

Un fuerte abrazo.

Juan Fernández García

Socio Compromisario número 72

Esta será la carta que mi fallecido padre (Q.E.P.D.) le hubiera escrito a nuestro Presidente. Si alguien lo conocía, le quería, le respetaba y le adoraba, no duden que fui yo. Él me inculcó los colores en mis venas. Él me dio la impagable oportunidad de que le acompañase en decenas y decenas de viajes, junto con su padre –mi abuelo- que junto con “Rafalito el del Bar Enrique” ponía autocares para ir hasta donde se podía hace décadas. Y estoy seguro que estas palabras las  podría haber escrito algunos de los socios que contemplan desde la tribuna celestial los partidos de cada fin de semana.

Estimado Presidente, por favor, hágale caso a la carta de mi padre y seguro que la afición le tratará con el cariño y el respeto que se merece.

Como le decían sus conocidos “Juanito, ayuda desde allá arriba al Presidente para que vea claro el camino del futuro del equipo”

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