Este resultado de 64-80 echa el cierre de las persianas del Carpena de esta temporada 17-18. Decepcionante sin más. No ha habido pelea. En verdad, en los últimos 6 partidos, el Unicaja no ha luchado, ni peleado, ni nada que se parezca.

El Baskonia hizo la diferencia en el primer cuarto y a partir de ese momento se dedicó simplemente a verlas venir. El Unicaja ha sido hoy fiel reflejo al equipo que ha sido durante los últimos 21 días: apático, desilusionado, hundido, cansado, etc, etc…

Lamentable la actuación del cuerpo técnico del equipo cajista. Sin ideas y con unas rotaciones que desesperan a la mayoría de los  jugadores. Patética la decisión de sacar a los jugadores de la cantera faltando dos minutos, ha sido entonces cuando los dos jugadores en cancha más Díaz han aprovechado para dar un Clinic de pundonor.

Se cierra una temporada que hasta Semana Santa había sido de bien, rayando el notable y que, a partir del Domingo de Resurrección, ha sido un calvario para la afición, que hoy quería intentar que su equipo no se hundiera como el Titanic, pero el equipo ya estaba hundido y congelado en las frías aguas de la liga continental de segunda categoría.

Se van muchos después de este curso: Nedovic, Brooks y más. Pero el que tiene que coger las maletas e irse es el entrenador, que ya ha cumplido un ciclo notable en Málaga y su proyecto está más que agotado.

Sería muy interesante que el Club, como tal, se “refrescase” en su gestión y dejara de oler a tufillo bancario. Eso ayudaría bastante en la gestión del equipo.

Dar las gracias a todos los que habéis sido y seguido estas crónicas del Unicaja, durante estos meses. Dar también hoy las gracias al personal del Club, quienes nos han permitido tener una acreditación de prensa para estar a nivel de pista, y con un trato excepcional por parte de todos ellos. Repetimos, gracias.

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