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Once años después, el filial malaguista vuelve a ser equipo de Segunda B. El empate a domicilio conseguido ante el Yeclano ha sido suficiente para consumar una gesta que se resistía desde hace demasiado tiempo. El Club Atlético Malagueño asciende de categoría justo el año en el que los “mayores” descienden a Segunda. Agridulce paradoja del fútbol.
Pero la felicidad ha sido completa en este 27 mayo de 2018, que quedará grabado con letras de oro en los anales del deporte malagueño. Los chavales del Malagueño se han querido sumar a la fiesta de las chicas del Málaga Femenino, que esta mañana consumaban el ascenso a Primera División ante el equipo canario del Arguineguín.
El malaguismo, por tanto, está de enhorabuena, y buena falta le hacía tras una temporada de tanto sufrimiento. Cabe felicitar a ambas plantillas, a sus entrenadores y a las direcciones deportivas que han conseguido ambos éxitos deportivos.
Por lo que respecta al Malagueño, también merece la pena felicitar efusivamente a su técnico, Dely Valdés, que se hizo cargo del equipo a finales del mes de enero y ha sabido mantener en todo momento el nivel competitivo del mismo, hasta el final. Desconocemos las razones de la destitución de Manel Ruano al frente del filial, y sin duda algo habrá tenido que ver en los buenos resultados del equipo hasta que fue destituido, pero lo que es indudable es que el director de la cantera, Antonio Tapia, se la jugó, y ha acertado de pleno. No sabemos si con Ruano el equipo habría ascendido, lo que sí sabemos es que oportunidades ha tenido y no lo había conseguido nunca. Al igual que otros.
La decisión del profesor Tapia no era fácil, cuando el equipo iba bien clasificado, de ahí que merezca un reconocimiento su forma de proceder. Las redes sociales echaban humo. La gente no comprendía cómo se podía prescindir de un entrenador que llevaba al equipo primero y a una distancia considerable del segundo. Este hecho demuestra lo arriesgado que es opinar libremente sobre acontecimientos relacionados con el club sin conocer los entresijos del mismo o lo que sucede entre bambalinas. El tiempo ha dado la razón al profesor Tapia y en boca callada no entran moscas.
El Malagueño ha ascendido, pero si no lo hubiera hecho, no hubiese cambiado en nada la opinión de un servidor en cuanto a la función que ha de tener un filial. Y pienso lo mismo ahora, consumado el ascenso, que hace un año, tras fracasar en el intento. Los filiales están para proporcionar canteranos al primer equipo. No para otra cosa. Y si cada año es capaz de sumar dos, tres o cuatro futbolistas al primer equipo; la categoría que ocupe es igual. Los chavales de indudable calidad están capacitados para jugar en Tercera y en Primera. Lo único que necesitan es ganar experiencia jugando partidos, y si es en la máxima categoría, mejor.
Por cierto, el gol de Abeledo ha sido de auténtico crack. No recuerdo una rabona tan hermosa y fructífera desde los tiempos del inolvidable Juanito. Estas cosas se entrenan pero también se llevan dentro. Hay que tener sangre fría y mucha calidad para hacer lo que ha hecho, con lo que se estaba jugando el equipo. Sólo los grandes futbolistas son capaces de hacer cosas así en momentos tan delicados. Que lo suban al Málaga.
¡Enhorabuena, malaguistas!
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