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La Sociedad Deportiva Eibar -a la que hemos de reconocer el bonito recibimiento que nos ha dispensado en twitter- es uno de los equipos que mejor fútbol están practicando este año en Primera División. El Málaga ha conseguido un valioso empate ante un conjunto que solo había perdido tres partidos en su feudo en toda la primera vuelta. Hemos de dar por bueno un resultado que si hasta el minuto 60 nos sabía a poco, a partir de ese momento nos ha sabido a gloria. Y digo el minuto 60 porque resulta incomprensible que José González, que tan brillantemente ha planteado este partido, lo haya tirado por la borda sustituyendo al mejor futbolista que había sobre el terreno de juego, y me estoy refiriendo a Youssef En-Nesyri, un chaval que con 21 años debió jugar los 90 minutos. A Borja Bastón, de momento, ni está ni se le espera. Resulta incompresible que hayamos renunciado a la punta de velocidad del delantero marroquí para situar en su lugar a un delantero rematador más estático. Los partidos se ganan en los planteamientos pero también se pueden perder en los cambios, y hoy, el bueno de José González ha tenido su primer borrón. Pocas veces un entrenador rival se ha visto tan beneficiado por un cambio. Mendilibar ha visto el cielo abierto cuando En-Nesyri ha enfilado hacia el banquillo. En Ipurua, el canterano malaguista ha sido una auténtica pesadilla para los defensores vascos. Llevamos varias semanas observando cierta mejoría en el juego de este jugador, en cuanto a espíritu de lucha y sacrifico sobre el terreno de juego; pero sin la recompensa del gol. Esta noche la ha tenido y ha podido hacer algún gol más. Es lo que se le pide a los delanteros. Los trenes pasan pocas veces en la vida, y hace varias semanas dije que condiciones de gran delantero tiene, y que sólo necesita madurar para comprender que puede triunfar en el mundo del fútbol. Ojalá el espigado delantero coja ese tren que lleva al éxito. Por su bien y por el de nuestro equipo.
Pero también cabe ensalzar la labor del técnico esta noche. Al equipo se le ha visto con ambición y presionando en todo el campo, empezando por la línea de ataque. Fruto de esa presión ha conseguido robar el esférico en bastantes ocasiones que originaban un eléctrico contraataque, como no habíamos visto todavía esta temporada, si acaso, puntualmente en el partido de San Sebastián que se saldó con la única victoria fuera de La Rosaleda hasta el momento. Esta noche hemos visto un Málaga “enchufado” al partido desde el primer minuto de juego y que ha jugado con bastante intensidad. ¿Más intensidad que con Míchel? Puede ser. ¿Se debe a la novedad que supone el nuevo técnico? También podría ser. Esperemos que no sea flor de un día. No hablaría bien de una plantilla que a partir de ahora derroche intensidad de juego cuando hace semanas no lo hacía de igual manera. Tendríamos que hablar entonces de falta de profesionalidad o del tópico de que “le han hecho la cama” al anterior entrenador. Prefiero no pensar en ello. El Málaga hoy ha desperdiciado varias ocasiones claras de gol, cosa que no sucedía desde hace mucho tiempo, y eso es una buena noticia. Si José González es el artífice de este cambio, bienvenido sea. Seguiremos atentos.
Junto a En-Nesyri, también ha brillado en la noche de hoy un inconmensurable Roberto. Con diferencia, el jugador de más calidad que hay en la plantilla. Y hemos de censurar el error garrafal de los centrales del Málaga en el gol del Eibar, tanto de Ignasi Miquel como de Luis Hernández. Pero también la relajación de Rosales al permitir un plácido centro del balón al extremo eibarrés. Mal la defensa del Málaga en esa jugada, aunque en el resto del encuentro haya destacado por su concentración.
Buen partido también por parte de Iturra en el centro del campo. La labor de enganche ejercida por Adrián, también ha de ser valorada en su justa medida. Ha vuelto a la media punta y quizás pueda brillar en esa parcela por primera vez desde que llegó a nuestra ciudad.
La falta de gol o de precisión ante la meta contraria sigue siendo una rémora para este Málaga. La despreocupación del jeque hacia el club que preside es imperdonable. Desde que comenzara el año la plantilla ha debido ser reforzada por un delantero goleador de prestigio. Así obraría cualquier dirigente que quiere evitar a toda costa el descenso de un equipo. A nadie escapa que el futbolista ideal sería Sandro, porque ya lo conocemos y sabemos de lo que es capaz. El Málaga va a contrarreloj, y ya se han desperdiciado tres partidos sin el concurso de un buen ariete.
Si el Málaga consiguiera la victoria ante el Girona el próximo sábado en La Rosaleda, el punto obtenido hoy tendría un enorme valor. Y lo que es más importante, la ilusión volvería a prender en el malaguismo. Vayamos a por ello.
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