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Ciudad de la Justicia. | L.O.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena a 16 años de prisión para un hombre, que era profesor en un colegio de la provincia de Málaga, por abusos sexuales a cuatro alumnas menores de edad, aprovechando su condición de maestro y tras ganarse la confianza de estas durante varios años. Los hechos sucedieron, según se declaró probado por la Audiencia de Málaga y ahora ha sido confirmado por el Tribunal andaluz en una sentencia, desde que las menores se encontraban en tercero a sexto de Primaria.
Este hombre, «fingiendo que les hacía cosquillas», les realizaba tocamientos sobre la ropa «en innumerables ocasiones» a lo largo de varios cursos escolares, sentándolas sobre sus rodillas algunas veces. En el caso de una de las víctimas en esos momentos permanecía «paralizada debido al miedo que sufría». Además, en ocasiones les proporcionaba regalos o le daba las respuestas de los exámenes, según señala la resolución. Como consecuencia de todo ello, «las menores experimentaron cambios en su comportamiento, con signos de ansiedad, nerviosismo, malestar y deseos de no acudir al colegio», señala la sentencia, manifestándose con mayor gravedad en una de ellas con dificultades para conciliar el sueño y otros problemas.
Estas conductas del acusado perduraron en el tiempo hasta que en noviembre de 2019 a raíz de que esta última menor decidió contar a sus padres lo que sucedía en clase, tras lo cual su madre acudió a la Comisaría de Policía. Con anterioridad, en el mes de diciembre de 2018 acudieron a hablar con la directora del centro las madres de unos alumnos, manifestándole que el profesor «venía teniendo una actitud cariñosa en exceso con las niñas y un trato discriminatorio hacia los niños».
Se trató de una reunión informal, de la que no se levantó acta; no obstante, se le transmitió al citado profesor las quejas de las madres, manifestando este que no continuaría con esas muestras de cariño hacia las niñas. En mayo de 2019 volvieron a reunirse con la directora dos madres de la primera reunión y en este caso sí se levantó acta. Entonces se acordó hablar con el profesor, estar pendiente de sus actitudes y dar cuenta al Servicio de Inspección. Al comienzo del siguiente curso, por parte del centro comunicó al nuevo inspector la problemática existente y al considerar que no había pruebas sobre ello se decidió que no procedía su cambio como tutor de la clase.
En septiembre de ese año, otras madres se reunieron con el equipo directivo y estas se expresaron a favor del profesor en el sentido de que consideraban un bulo el trato excesivamente cariñoso con respecto a algunas niñas, así como el trato de favor a nivel educativo, que otras madres achacaban a este. Fue la denuncia de una de las víctimas ante la Policía Nacional la que dio lugar a la instrucción del correspondiente atestado y de esta causa. El TSJA rechaza los argumentos de la defensa confirmando la sentencia basándose fundamentalmente en la declaración de las menores afectadas, que se practicó como prueba anticipada en la fase de investigación y que hicieron «un relato semejante»; aunque también se tuvieron en cuenta otras pruebas como los informes emitidos por psicólogas y las testificales de las madres, quienes relataron los síntomas y cambios.
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