La zambomba de la Cruz Vieja – Viva Málaga

Es una de las citas más señeras de cuantas se celebran cada Navidad en Jerez, por su respeto a la tradición
Periodista jerezano, director y presentador de ‘Alianda’, el espacio flamenco de Publicaciones del Sur
El flamenco es objeto de estudio, opinión e información en este apartado que nace en Jerez pero que abarca toda la actualidad andaluza
Durante las próximas semanas dedicaremos nuestro espacio de opinión a las zambombas, a la Navidad de Jerez, al ambiente, costumbres y ausencias, a rostros que desgraciadamente desaparecieron… a todo lo que se nos ocurra en torno a esta fiesta.
En esta ocasión se me viene a la mente la zambomba de la Cruz Vieja, la que se ha venido celebrando desde tiempos inmemoriales en la plaza en la que hoy vive, con su esbelta figura de bronce, Lola Flores. En la puerta del Palacio de Villapanés, con dos o tres fogatas en el centro, se reunían en coro los vecinos del barrio de toda la vida para cantar las coplas, romances y villancicos de siempre.
Por entonces, hablo de mi infancia, década de los 90, los tradicionales negocios de San Miguel aún perduraban y el ambiente era otro. La gente se conocía entre ella, el Maypa era el lugar al que volver para recordar, la Peña Colchonera contaba con sus clásicos y la jerezanía brotaba por los rincones. Incluso hubo unos años que la Peña Carnavalesca Jerezana habitó en un coqueto local en el que no cabía más arte.
En esa atmósfera me crie y por eso, aunque parezca un amargado, reivindico determinados valores culturales que me marcaron y de los que no me quiero desvincular. En la época de la Navidad, por centrarnos, los sonidos de las zambombas que tocaban, entre otros, el Kiki, eran atronadores.
Si había algo que me sorprendía y que ahora es casi una misión imposible cumplir era que cantaban los villancicos de principio a fin por muy largos y, como llamarían algunos hoy, pesados que fueran. Títulos como los Segadores, Al Pasar por Casablanca, Marinerito Ramiré, Entre en el Jardín de Venus o los más laureados Calle de San Francisco o Los Caminos se Hicieron.
Estos dos últimos son los más recurrentes en la actualidad cuando un grupo de jóvenes se unen e intentan celebrar la zambomba con aires de tradicionalidad. Fantástico, algo es algo. La esencia participativa de este festejo no ha de perderse bajo ningún concepto.
En estas líneas me viene a la mente el nombre de Rafael García, quien fue durante lustros presidente de la AVV San Miguel, alma máter de un barrio del que nunca se ha ido y al que sigue amando, aunque ahora la presidencia recaiga en el Polo (de los Grabados de la calle Pedro Alonso). En los últimos tiempos, como ya no está ni La Colchonera, ni el Maypa, aunque sí existen otros negocios, la asociación celebra una zambomba en la que se reconoce la labor artística de vecinos, jerezanos o foráneos que han aportado su granito de arena al asunto. Sigue habiendo buen ambiente y se intenta mantener la línea de siempre aunque el Kiki se desgañite.
Recuerdo el homenaje a Parrilla de Jerez, en plena Cruz Vieja, a María José Santiago o a María Vargas. En esta ocasión, la asociación recordará en una de sus dos zambombas a Antonio El Cañero, el 7 de diciembre, a medio día, estando la segunda dedicada a la familia Mijita.
Parándonos en Antonio El Cañero, hay que recordarlo con alegría porque era chistoso y siempre generoso con su gente y su barrio. Él, que nació en La Plazuela, y falleció el pasado mes de febrero, era una de esas voces imprescindible en la Navidad de la Cruz Vieja. Hasta última hora, fue uno de los líderes junto a su grupo Sabor a Plazuela de este encuentro.
Aplaudo a todos aquellos que siguen queriendo que las zambombas mantengan su sabor y que pierdan la menor esencia posible a pesar de estos tiempos de diciembre con sus botellonas y olor a orina en las calles.

 
Por favor, ayúdanos a seguir ofreciéndote la mejor información desactivando el bloquedaor de publicidad.

source